Época: Reinos Hispanos
Inicio: Año 1066
Fin: Año 1110

Antecedente:
Arquitectura y escultura
Siguientes:
El neorrómanico de Frómista

(C) Isidro G. Bango Torviso



Comentario

La historiografía hispana tradicional consideraba que cuando, en 1066, doña Mayor, condesa de Castilla y viuda de Sancho el Mayor, redactó su testamento dejando parte de sus bienes para la construcción de la iglesia de San Martín de Frómista, se inició la obra del templo que contemplamos en la actualidad. Ultimamente los especialistas prefieren retrasar la cronología hacia 1100.
Es un pequeño edificio basilical de tres naves, con otros tantos ábsides de planta semicircular. Para separar las naves se emplean pilares cruciformes. La importancia del espacio central del crucero se enfatiza con la disposición de un cimborrio octogonal apoyado en trompas, cubriéndose con una cúpula. En la fachada occidental resultan exóticas las torrecillas circulares que se articulan en las esquinas, para las que no conocemos otro precedente que ciertas formas de la arquitectura carolingia. Vanos escalonados en arquivoltas y columnas acodilladas, cornisas esculturadas con una riquísima iconografía y capiteles historiados responden a los planteamientos plásticos que caracterizan los monumentos del románico pleno.

El maestro principal del taller que labra esta decoración escultórica se inspira para sus formas y sentido de la composición en el sarcófago de Husillos. El tratamiento de las anatomías y las dinámicas actitudes de los personajes es semejante al que se aprecia en la decoración de la catedral de Jaca, incluso algunos especialistas consideran que se trata del mismo taller. También se podría relacionar con algunas de las obras de San Saturnino de Toulouse, aunque muchos de los aspectos comunes de las escultura monumental de estos tres monumentos se debe más a una identidad de estilo de época que tiene en modelos tardorromanos su fuente principal de inspiración, que a una autoría común.